Técnicas de manejo del dolor para un parto más natural
- nerifernandezdoula
- 27 ago
- 4 Min. de lectura
El trabajo de parto es una de las experiencias más intensas y transformadoras en la vida de una mujer. El dolor que lo acompaña suele generar miedo e incertidumbre, pero es importante comprender que no se trata de un dolor patológico, sino de una señal fisiológica del cuerpo que abriéndole camino para que el bebé llegue a este lado de la piel.
Aunque no podemos (ni debemos) eliminarlo por completo, sí existen múltiples técnicas que ayudan a transitarlo con mayor serenidad, confianza y control. Estas herramientas no solo reducen la sensación del dolor, también favorecen la participación activa de la madre favoreciendo al parto en sí y fortaleciendo su sensación de poder durante el nacimiento.
A continuación, encontrarás las estrategias más efectivas para acompañar un parto más natural:
Respiración consciente: tu mejor aliada
La respiración es uno de los recursos más poderosos durante el trabajo de parto. No solo oxigena mejor a tu cuerpo y al bebé, también ayuda a mantener la calma en los momentos de mayor intensidad.
Algunas técnicas útiles son:
Respiración profunda: inhalar por la nariz, expandiendo el abdomen, y exhalar despacio por la boca, de preferencia con un sonido gutural, como AAA, EEEE u OOO. Aquí el truco será que tu acompañante te diga las siguientes palabras: llévale aire a tu bebé…. Con eso lograrás de manera intuitiva respirar muy profundo.
Respiración dirigida: más corta y enfocada para acompañar el pujo en la fase de expulsión. Aquí lo ideal es soplar en tu mano apretada, como puño, para que la exhalación sea difícil, logrando así pujar de manera más natural.
Practicar estas técnicas desde el embarazo hará que en el parto tu respiración se convierta en tu ancla de calma.
Movimiento y posiciones: el cuerpo sabe
El movimiento es medicina. Durante el parto es contraproducente permanecer acostada, moverte ayuda al bebé a descender y rotar, y favorece el trabajo de parto.
Posiciones recomendadas:
De pie o caminando: la gravedad apoya el proceso.
En cuclillas: abre la pelvis y alivia la presión que se siente en la fase activa avanzada.
A cuatro puntos: facilita la rotación del bebé y reduce las molestias en tu sacro.
Pelota de parto: ayuda a que hagas cuclillas profundas, pero sin que tus piernas se cansen. Permite que tu pelvis abra lo necesario con suavidad.

Escucha tu cuerpo: él sabe cómo colocarse para trabajar con el parto, no contra él. El dolor se convierte en un GPS que te indica que posiciones te favorecen y cuáles no. Por ejemplo, en la posición recostada sobre tu espalda, el dolor se duplica, y a más dolor, menos progreso de parto, por lo tanto es tu cuerpo comunicándote que por ahí no es!
Masajes y contacto físico
El masaje en la zona sacro-lumbar, la presión en puntos específicos de tu cadera y la aplicación de calor/frío pueden disminuir la incomodidad. El contacto físico también tiene un efecto emocional: transmite seguridad, amor y sostén.
Tu pareja y/o doula se deben convertir en tu apoyo perfecto en este aspecto.
Usa el agua: un refugio cálido
El agua es la mejor manera de controlar el dolor de parto. El agua caliente relaja, calma y disminuye la percepción del dolor. Una ducha o una tina pueden convertirse en un verdadero refugio durante la intensidad del parto. Muchas mujeres llaman al agua su “anestesia natural”.
Y no te preocupes, estoy segura que Dios nos permite usar el agua para lubricar la llegada de nuestro bebé, así que date tantas duchas largas como las necesites el día del parto.
Aromaterapia y ambiente
El entorno influye profundamente en cómo vives el parto. Aromas como lavanda, menta o cítricos ayudan a generar un estado de relajación o energía, según lo necesites.
Un espacio en calma, con luces bajas, música suave o incluso silencio, favorece que tu cuerpo se entregue al proceso y llegues a ese estado de trance que una mujer necesita vivir para que su bebé nazca, a ese lugar que a las doulas nos gusta llamar Partolandia.
El poder de las hormonas: entrar en Partolandia
Durante el parto, tu cuerpo libera un cóctel hormonal perfecto:
Oxitocina, que activa las contracciones y refuerza el vínculo con tu bebé.
Endorfinas, tus analgésicos naturales, que reducen la percepción del dolor y generan sensaciones de bienestar y placer.
Adrenalina en dosis adecuadas, que te aporta energía en los momentos cruciales.
Cuando te sientes segura y acompañada, estas hormonas trabajan a tu favor, llevándote a un estado de conexión profunda, donde el dolor cambia de significado y se convierte en fuerza.
Además de que este coctail hormonal favorecerá el instinto de amor y protección con tu bebé, llamado impronta materna, lo que hará para ti más fácil la vinculación y crianza 24x7 de tu recién nacido.
El acompañamiento
Contar con alguien que te acompañe, de ser posible y el lugar donde des a luz lo permita —como tu pareja, una doula, o cualquier persona de tu entera confianza— hace toda la diferencia. No solo tendrás apoyo físico, sino también cubrirás esa necesidad emocional, esa vulnerabilidad a flor de piel que sentimos al dar a luz, y tendrás un recordatorio constante de que eres capaz, fuerte y no estás sola.
Más allá del dolor: recuperar el poder
El objetivo de estas técnicas no es eliminar por completo el dolor, sino transformar tu experiencia de parto, apoyar a que lo transites con calma, sin sobresaltos, siempre sintiéndote segura y cuidada. Prepararte, conocer tus recursos y rodearte del apoyo necesario convierte el nacimiento en una vivencia de confianza y poder.
El dolor del parto no es sufrimiento: es el lenguaje de tu cuerpo guiándote al encuentro con tu bebé.
Si quieres profundizar en estas herramientas y conocer cómo tu cuerpo utiliza las hormonas a tu favor, te invito a conocer mi clase “Menos dolor, más poder”.Un espacio diseñado para que llegues al nacimiento con seguridad, confianza y recursos prácticos.
Soy Neri. Yo te acompaño. 💜







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